Del drama y otros traumas

Dramas vemos en todas partes, en niños, adultos hasta nuestras mascotas nos deleitan con una seudoactuación que nos parte el corazón o nos hace reír y fascinarnos de su astucia. Porque en resumen es la astucia la que ponemos en juego al hacer nuestros "dramitas", desde el puchero del niñ@ cuando quiere algo hasta el llanto desgarrador de un puberto que quiere permiso para ir a una fiesta, o los "desmayos" de impresión, las salidas dramáticas que si las acompañamos con música de fondo serían lo más "cool" dentro de nuestro historial histérico de berrinches. Los lanzamientos casi certeros de cualquier objeto (cualquier cosa sirve, incluso un par de medias bolita) hacen que la escena digna de Brodway llegue al pináculo de la excitación. Personalmente, entre mis lanzamientos más "in" estuvieron un frasco de mermelada que mi esposo esquivó muy sagaz y el fenecido televisor blanco y negro de 14" (ahora que lo menciono era de mi hermana y aún espe...