El robo
Hace un par de meses vino a visitarme una amiga. Subí a su carro y conversábamos animadamente. De pronto, de reojo vi que se acercaba un tipo hacia la puerta del conductor y nos preguntó por una dirección. Desde que empezó a hablar me dio mala espina, al decirle que no sabíamos lo que preguntaba sacó un arma y comenzó a lanzar improperios y groserías para amedrentarnos, lo cual consiguió.
Con los nervios de punta y pensando lo peor, solo atiné a colocar estratégicamente las llaves sobre mi pierna y levantar las manos como se ve en las películas policiales cuando llega el escuadrón de la muerte y domina la situación, solo que hubiese preferido estar en el otro equipo y no como posible víctima.
Entre la lluvia de ofensas que nos gritaba solo entendía "los celulares y las carteras, los celulares y las carteras". Yo no tenía nada, bajé en pijama y con solo las llaves. Mi amiga, en cambio, si la tenía a cuadros, porque pensé que nos mataban para llevarse el carro y pienso así, porque ella repetía "no tenemos nada, no tenemos nada"
En ese momento, crees que perderás la vida por un celular o por una cartera... ¡Qué poco vale una vida ahora!
Los detalles vienen después, lo que dijimos o hicimos, por cada vez que recuerdas el episodio, viene algo que omitiste, o al menos eso me pasa a mí, voy recordando de a pocos.
Viéndonos sin escape y con la amenaza latente, mi amiga entregó su cartera y celulares, me miró y dijo: "amiga, tu celular"... Osea, juattt???😏😱😬 El ladrón ya estaba satisfecho con su botín, pero ella no quiso fregarse sola, malditaaaa, jajaja
Como mencioné, no tenía nada más que un billete de 100 soles que coloque debajo de las llaves y el infeliz ratero no logró ver, así que muy tranquila respondí: "no tengo nada" y sí, seguía con las manos arriba. Ahora que lo pienso, me sentía como "el Chómpiras" cuando era atrapado in fraganti en algún atraco frustrado.
Ahora me parece muy gracioso y lo cuento como anécdota, porque se salvaron los 100 soles y luego, cuando llegó su compinche en moto y se alejaron los 2 ladrones, nos quedamos mudas, cosa rara, con un silencio sepulcral, asimilando lo que nos pasó y lo que nos pudo haber pasado.
Cuando nos acordamos, reímos por nuestras caras, lo que dijimos, lo que podríamos haber hecho para evitar el robo al estilo Kill Bill, y sobre todo, por poder contar la historia... No todos corren la misma suerte.
Cuando nos acordamos, reímos por nuestras caras, lo que dijimos, lo que podríamos haber hecho para evitar el robo al estilo Kill Bill, y sobre todo, por poder contar la historia... No todos corren la misma suerte.
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