En casa
Llevo un tiempo siendo ama de casa... sí, aún habemos amas de casa. Por decisión propia, sí.
Cuando decidí dejar de trabajar fue porque mi última niña no tenía más de un año de nacida y, aunque habíamos hecho mil malabares para mantener todo en "orden" con ayuda siempre de la familia y personas contratadas, sentía que algo fallaba.
Así que manos a la obra, después de trabajar fuera de casa por mucho tiempo, descubrí que quedarse en ella resulta agobiante por momentos. Siempre hay algo que hacer, limpiar, preparar, atender, sea con tus hijos o pareja, que para todos los efectos, es otro hijo más.
Cuando vivía con mis padres, me la llevaba fácil. Trabajaba o estudiaba y me ocupaba de mis cosas personales: mi habitación, mi ropa, mi espacio. Siempre estaba mi mamá y mi hermana mayor que se encargaban de todo. Yo solo disfrutaba de lo que estaba listo y servido, y aunque la santa de mi madre siempre me inculcó y enseñó las labores domésticas, reconozco que lo hacia por obligación mas que por gusto; y es muy diferente, hacerte cargo de una parte pequeña a cuando eres el "Todo Poderoso" de la situación, si no tienes conocimientos básicos, no habrá súper poder que te ayude en tan titánica tarea de llevar un hogar.
Tal vez no todos lo entiendan, pero después de un largo día de trabajo, en el cual no te fue tan bien, es reconfortante llegar a una casa limpia, conversar con gente agradable, comida caliente que te espere, el baño relajador y tu cama, tu adorada cama. Ahora valoro todo, porque cuando era yo quien llegaba agobiada siempre encontraba eso en casa.
Cuando vivía con mis padres, me la llevaba fácil. Trabajaba o estudiaba y me ocupaba de mis cosas personales: mi habitación, mi ropa, mi espacio. Siempre estaba mi mamá y mi hermana mayor que se encargaban de todo. Yo solo disfrutaba de lo que estaba listo y servido, y aunque la santa de mi madre siempre me inculcó y enseñó las labores domésticas, reconozco que lo hacia por obligación mas que por gusto; y es muy diferente, hacerte cargo de una parte pequeña a cuando eres el "Todo Poderoso" de la situación, si no tienes conocimientos básicos, no habrá súper poder que te ayude en tan titánica tarea de llevar un hogar.
Tal vez no todos lo entiendan, pero después de un largo día de trabajo, en el cual no te fue tan bien, es reconfortante llegar a una casa limpia, conversar con gente agradable, comida caliente que te espere, el baño relajador y tu cama, tu adorada cama. Ahora valoro todo, porque cuando era yo quien llegaba agobiada siempre encontraba eso en casa.
Lo primero era tener la casa impecable, más aún si venía de visita mi madre, en su casa, hasta los trapos para limpiar están impecables, así que, me la imaginaba pasando la lengua verificando que todo esté totalmente limpio.
La cocina es otra cosa, me encanta. Siempre es un buen momento para un gustito y eso se refleja en nuestra ropa que parece encogerse a medida que encuentro algo delicioso que cocinar.
Los hijos son otro asunto. Siendo hermanos cada uno es diferente, si uno habla mucho el otro es mudo, uno pide todo el otro, nada. Sobre todo si hay diferencias de edades, lidiar con adolescentes a los que todo les desagrada, aburre y enoja es un gran reto. Benditos mis padres que me toleraron en esa edad... "El que la hace la paga"
Mi atuendo generalmente es de loca, me siento mas cómoda en ropa floja, mi pijama en realidad. Aunque de un tiempo a esta parte trabajo en eso, ya que para ningún marido es agradable llegar y encontrar a "La Chimoltrufia". Además, en algunas urgencias me he visto algo diferente entre las personas que si cuidan su arreglo personal.
Entre las compras, los quehaceres, las tareas, el orden y el desorden contínuos, las peleas, gritos y mimos, banquetes y dietas desintoxicantes, clases, paseos en bicicleta, lavado, planchado, enfermería, plomería y hasta cerrajería, transcurren los días. Decoradora de interiores, pintora de brocha gorda, sastre y modista, estilista. Las loncheras nutritivas cuando tienes una hija que no come casi nada, los cumpleaños infantiles, organizadora de eventos, profesora particular, albañil y jardinera, entre otros.
Los hijos son otro asunto. Siendo hermanos cada uno es diferente, si uno habla mucho el otro es mudo, uno pide todo el otro, nada. Sobre todo si hay diferencias de edades, lidiar con adolescentes a los que todo les desagrada, aburre y enoja es un gran reto. Benditos mis padres que me toleraron en esa edad... "El que la hace la paga"
Mi atuendo generalmente es de loca, me siento mas cómoda en ropa floja, mi pijama en realidad. Aunque de un tiempo a esta parte trabajo en eso, ya que para ningún marido es agradable llegar y encontrar a "La Chimoltrufia". Además, en algunas urgencias me he visto algo diferente entre las personas que si cuidan su arreglo personal.
También
me he topado con personas que al saber que solo soy "una ama de casa" me miran pensando "pobrecita, qué horror"... Que perras pienso , y aunque en algún momento pensé igual, créanme que no es fácil, ni relajado y dista mucho de ser pasivo.
Y la cereza del helado es, tener una actitud agradable al terminar el día. Eso señoras y señores es lo más difícil, pero no imposible. Hay momentos de respiraciones profundas, de contar hasta mil, el baño en el que te conviertes en la cantante de moda, reuniones con buenas amigas, y la familia, gritar al infinito y más allá, mientras corres o simplemente ver una peli animadora. Y si todo eso no te funciona, ponte en estado OFF, recarga baterías y para adelante, que la vida sigue y nosotros con ella.
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