El amor en tiempos del cansancio
Es muy peculiar la manera de cómo cambiamos en el aspecto sexual al paso del tiempo.
Cuando somos muy jóvenes y con las hormonas alborotadas tenemos la necesidad primordial de expresar con caricias y besos todo esa emoción y sentimiento que nos motivaba la persona especial de turno, sin reparar muchas veces en seguridad (por eso hay muchas madres jóvenes),o lugar... Sí lugar, porque cuando se tiene ganas , te arriesgas mucho. Quién no lo ha hecho en la sala de su casa con sus padres en el dormitorio viendo tv, o en la cocina, o las salidas que terminaban en algún hotel entrando y saliendo con mucho sigilo y temor para que nadie te vea, como que fueses rehén o testigo en cubierto y tu integridad dependiera de no ser atrapado in fraganti... Esas épocas, donde el frenesí y adrenalina, era muy espontáneas y atrevidas.
Luego, las responsabilidades y deberes como espos@, padre/madre, trabajos absorbentes y estresantes te hacen ansiar regresar a casa a DESCANSAR. ¿En dónde quedaron el frenesí y la adrenalina?, pues se jubilan muchas veces pasados los 35 y aparecen muy esporádicamente después de una gran fiesta y muchos martinis encima, para luego regresar a su hibernación hasta la próxima bomba de fin de año o matrimonio familiar al que se asista.
Dejamos muchas veces que la rutina y el cansancio nos ganen la partida y nos arrebaten algo elemental dentro de una relación: EL DESEO.
Desear acariciar a tu espos@, jugar con él/ella, pasar cerca y robarle un beso o palmearle el trasero. Cosas tan básicas y sencillas que a veces olvidamos hacer por el bendito cansancio.
Estoy cansad@ del trabajo, atender a los niños, la cena, todos los pendientes, las cuentas, qué sé yo... Lo único que quiero es mi camita a quien amo con locura y desmedidamente, sentenciamos con enojo o fastidio ante la mínima insinuación, pero... que hay del deber fundamental de la pareja, Aquel que querías hacer a cada rato y sin medida, por el que salías content@ de casa y por el que ansiabas regresar.
Todos tenemos problemas económicos, con los hijos, laborales; pero la fortaleza de una pareja está en compartir lo bueno y lo malo y hay temporadas en que lo único bueno es "tirar" porque estás abrumado por el trabajo, o tus hijos adolescentes te desquician, o tienes a un familiar enfermo, estás enditado y nuevamente te quedarás a cero por cumplir y no puedes salir de viaje como esperabas. Tantas cosas que un hogar pasa, desde que quemaste la camisa de tu marido hasta que se te perdió tu arete preferido. Entonces, por que negarnos el alivio y satisfacción de por un momento, un grato momento, olvidar todo lo que nos cansa y liberarnos, amarnos, sentirnos.
En este mundo de carreras y donde la tecnología, a veces, pasa más tiempo contigo que tu pareja, creemos, aprovechemos y disfrutemos esos momentos, de apachurros, cosquillas, masajes y juegos.
Al ritmo que bailes, y de vez en cuando agregando pasos nuevos, lo importante es no dejar de bailar!!!
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