Viviendo juntos
Mi esposo y yo nos conocemos desde los 15 años, y después de varias idas y venidas, separaciones (los de la mudanza ya eran mis amigos y hasta me hacían rebaja 😒) y uniones, pasamos los 4 años de casados y tenemos 3 hijos.
La etapa de adaptación es difícil y muy diferente ya que no es lo mismo pasar una hora y media o 2 completamente feliz a tiempo completo. Incluso conociendo a tu pareja por años, y dependiendo de la actitud de cada uno, sus formas, manías y costumbres; serán a veces, totalmente diferentes a las tuyas y pueden acarrear ciertos problemas hasta que lleguen al punto de equilibrio...
Esa acomodación puede ser ardua y complicada. Anótese bien "ardua".
Desde la toalla mojada en la cama, hasta el talco para pies usado diariamente y que deja tu dormitorio como Boston después de la primera nevada de invierno, crean discordias, fastidios e incomodidades al verlos frecuentemente.
Que le gusta escuchar la música a todo volumen y a ti no, que a ti te gusta ver televisión hasta tarde y a él no, que después de la pichanga viene y va dejando su ropa sucia desde la entrada hasta el baño, que no dobla las servilletas como te gusta, en fin porque también por eso se pelea; son cosas que van formando parte de nuestro día a día; sumado a nuestros trabajos, amigos, familias, etc; que también entran en juego.
Que le gusta escuchar la música a todo volumen y a ti no, que a ti te gusta ver televisión hasta tarde y a él no, que después de la pichanga viene y va dejando su ropa sucia desde la entrada hasta el baño, que no dobla las servilletas como te gusta, en fin porque también por eso se pelea; son cosas que van formando parte de nuestro día a día; sumado a nuestros trabajos, amigos, familias, etc; que también entran en juego.
Hay cosas que mejorarán, se arreglarán, tal vez desaparecerán (algo difícil), pero debemos confiar y esperar lo mejor, siempre. Por qué, porque es la persona que elegiste como compañero(a) de vida, por quien te morías antes de oler sus calcetines y doblar sus calzones. No solo te juntaste para ver cómo te va y si te va mal o te aburres se acaba, rompiendo promesas, lastimando familias, olvidando compromisos. Porque la vida en pareja nos hace parte de otra comunidad y hay que valorar, respetar y cuidar ese nuevo mundo.
Pasando ese periodo, vas haciendo tu vida conyugal llevadera, armoniosa y divertida. Formando objetivos y metas comunes, conociendo a tu pareja y saber lo que siente sin necesidad de hablar, compartiendo tiempo juntos con la familia y amistades de cada uno (todo debe ser parejo), cediendo a veces y defendiendo en otras. Ojo que ceder no es perder ni someterse, es priorizar qué consideras importante para tu vida conyugal y defender y apoyar, porque todo sumará en bien de ambos. Cuando vivimos en pareja se deja el individualismo y se busca el bien común, conservando la identidad e independencia innata de cada uno.
Vivo junto a mi esposo casi 8 años y seguimos aprendiendo, con buenas y malas temporadas, arrebatos y tempestades ocasionados por egoísmos, inmadurez, orgullo y errores... Ay ese orgullo, que te hace sentir el más fuerte, pero en realidad te desgasta y aleja de tus prioridades... Y continuamos en la marcha, avanzando; a veces, retrocediendo en algunos aspectos y volviendo a avanzar, lo importante es continuar... y si sentimos ganas de tirar la toalla, respira profundo, grita, conversa una y mil veces más y sigue, es una constante y tal vez la más importante.
El compromiso que haces al unirte con alguien se debe respetar y honrar sea que esté firmado o no en un documento. Con o sin hijos, en las buenas y en las malas... porque habrá malas , pero depende de nosotros con quién queremos escribir nuestra historia.
Comentarios
Publicar un comentario